La falta de un alcantarillado pluvial, las constantes lluvias en el sector, las condiciones del terreno, los malos hábitos e idiosincrasia de la gente y un acelerado crecimiento urbano sin planificación, son algunos de los factores involucrados en el incremento de los niveles en los arroyos de la ciudad.
Las características de las tormentas que caen sobre la ciudad, de gran intensidad y corta duración, conjuntamente con el cambio en el uso del suelo en la ciudad, el cual incrementó las áreas impermeables y facilita la concentración de las aguas, generan crecientes de gran magnitud, que tienen un gran poder de arrastre y destrucción.
Las tormentas generan crecientes con grandes velocidades que al discurrir sobre terrenos altamente erosionables, arrastran gran cantidad de material que es depositado en la parte baja de la ciudad, cerca al río Magdalena, o en las zonas de inundación del arroyo León.
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